Ivermectina para perros: dosis, tipos y tratamientos efectivos

La ivermectina es un fármaco ampliamente utilizado en veterinaria, principalmente debido a su efectividad como antiparasitario. Este medicamento es fundamental en el tratamiento y la prevención de diversas infestaciones parasitarias que afectan a nuestros amigos peludos. Sin embargo, es esencial comprender cómo y cuándo usar la ivermectina en perros, además de tener en cuenta las precauciones necesarias para evitar efectos adversos. Este artículo tiene como objetivo ofrecer una guía integral sobre la ivermectina para perros, abarcando desde sus indicaciones hasta las dosis recomendadas, así como los efectos secundarios posibles.
A lo largo de este artículo, abordaremos con detalle cada una de las secciones relacionadas con el uso de ivermectina en perros. Comenzaremos analizando qué es la ivermectina, para luego explorar sus indicaciones, las dosis recomendadas según el peso del animal, precauciones que deben tener en cuenta los propietarios y una lista de posibles efectos secundarios. Este artículo será útil tanto para los propietarios de mascotas como para aquellos que estén considerando el uso de este medicamento para sus perros.
¿Qué es la ivermectina?
La ivermectina es un medicamento antiparasitario que forma parte de la familia de las lactonas macrocíclicas, las cuales son producidas por una bacteria del suelo llamada Streptomyces avermitilis. Este compuesto fue descubierto en la década de 1970 y ha transformado el tratamiento de diversas infecciones parasitarias, tanto en medicina humana como veterinaria. Su mecanismo de acción se basa en la interrupción de la transmisión de impulsos nerviosos en los parásitos, lo que resulta en su parálisis y posterior muerte.
En el ámbito veterinario, la ivermectina se utiliza principalmente para tratar infecciones por parásitos internos como lombrices y parásitos externos como garrapatas y pulgas. La ivermectina se presenta en diversas formulaciones, que incluyen tabletas, soluciones inyectables y tópicas. Las diferentes formas ofrecen flexibilidad en la administración según la necesidad del tratamiento y la preferencia del veterinario.
La forma en que se administra la ivermectina, así como la dosis exacta, varía según el tipo de parásito que se intenta tratar y el tipo de animal. Este fármaco es muy efectivo, pero su uso requiere una atención cuidadosa debido a las variaciones individuales en la respuesta a este medicamento, especialmente en ciertas razas de perros que son más susceptibles a la toxicidad.
Indicaciones del medicamento en perros
La ivermectina para perros es utilizada en una variedad de indicaciones, destacando las siguientes:
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Control de parásitos internos: La ivermectina es eficaz contra parásitos intestinales como los nematodos, que pueden causar alteraciones digestivas e incluso anemia. Se recomienda en casos de infestaciones por gusanos intestinales, como un tratamiento preventivo en cachorros y perros adultos.
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Tratamiento de parásitos externos: Además de su acción sobre los parásitos internos, la ivermectina es también un tratamiento común para infestaciones por parásitos externos, como pulgas y garrapatas. En el caso específico de las garrapatas, la ivermectina actúa paralizando al parásito, evitando que se alimente del hospedador y, por lo tanto, reduciendo la posibilidad de transmisión de enfermedades, como la borreliosis.
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Sarna: La sarna canina es una infección causada por ácaros que afecta la piel de los perros. La ivermectina se utiliza para tratar tanto la sarna sarcóptica como la sarnas óticas, ofreciendo una recuperación efectiva al eliminar los ácaros que provocan el malestar y la irritación.
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Filariosis: Otra indicación importante para la ivermectina es la filariosis, una enfermedad parasitaria que puede ser grave y es transmitida por mosquitos. En regiones donde la filariosis es común, la administración de ivermectina es una parte crucial del plan de prevención mediante tratamientos preventivos mensuales.
Es importante mencionar que, aunque la ivermectina es muy efectiva en el tratamiento de estas afecciones, su uso debe estar siempre basado en el diagnóstico realizado por un veterinario. Un mal uso o una incorrecta administración pueden tener consecuencias serias.
Dosis recomendadas según el peso

La dosis de ivermectina para perros varía según el tipo de infección que se esté tratando y el peso del animal. Por lo general, la dosis recomendada se establece en miligramos por kilogramo de peso corporal (mg/kg). En términos generales, las dosis que comúnmente se utilizan son las siguientes:
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Para parásitos internos (lombrices intestinales): Se recomienda una dosis de 0.2 a 0.6 mg/kg. Esta dosis puede ser administrada una vez y repetida según lo indique el veterinario.
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Para parásitos externos (garrapatas y pulgas): En casos de infestaciones, la dosis oscila entre 0.5 mg/kg y 1.0 mg/kg. Adicionalmente, las aplicaciones tópicas pueden ser necesarias, y estos regímenes deben ser discutidos con su veterinario.
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Para sarna: Para el tratamiento de sarna sarcóptica, la dosis es generalmente de 0.3 mg/kg, administrada en un protocolo que puede incluir varias dosis espaciadas en el tiempo, dependiendo de la gravedad de la infestación.
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Para filariosis: Para la prevención de filariosis, la ivermectina se administra habitualmente a una dosis de 6 a 12 mg/kg de forma mensual, adaptándose a la situación clínica y al estilo de vida del perro.
Es vital recordar que las dosis más altas no deben ser utilizadas sin la aprobación del veterinario, ya que pueden conllevar a un riesgo aumentado de toxicidad. Además, los propietarios deben seguir una línea clara con el veterinario en cuanto a la periodicidad de las dosis y el seguimiento requerido, para asegurar un tratamiento efectivo y seguro.
Precauciones a tener en cuenta

Antes de administrar ivermectina a su perro, es crucial tener en cuenta una serie de precauciones para asegurar la salud y bienestar de su mascota. Entre ellas, podemos destacar:
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Razas sensibles: Algunas razas de perros son más susceptibles a la toxicidad de la ivermectina, como los Collie, Border Collie y Shelties, que presentan una mutación genética que afecta la metabolización del medicamento. Por ello, el uso de ivermectina en estas razas debería ser evitado o realizado bajo vigilancia estricta del veterinario.
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Perros jóvenes y enfermos: La ivermectina no debe ser utilizada en perros menores de tres meses, ya que su hígado y riñones pueden no estar lo suficientemente desarrollados para metabolizar el medicamento. Además, en perros con enfermedades preexistentes (como enfermedades hepáticas o renales) se requiere una evaluación cuidadosa, ya que pueden tener un riesgo elevado de toxicidad.
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Embarazo y lactancia: Si su perro está embarazada o amamantando, debe consultar a un veterinario antes de administrar ivermectina debido a la falta de estudios en estas poblaciones. Aunque puede no ser contraindicada, siempre es mejor asumir un enfoque cauteloso.
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Interacciones con otros medicamentos: Siempre informe a su veterinario sobre cualquier otro medicamento que su mascota esté tomando. La ivermectina puede interactuar con ciertos fármacos, provocando efectos adversos o reduciendo la eficacia de uno o ambos tratamientos.
Es muy importante seguir las recomendaciones de su veterinario y nunca auto medicar a su mascota sin una consulta adecuada. La dosis adecuada y la forma de administración son claves para evitar complicaciones.
Efectos secundarios posibles

Aunque la ivermectina se considera generalmente segura cuando se utiliza correctamente, también puede dar lugar a efectos secundarios en algunos perros. Reconocer estos efectos y actuar en consecuencia es fundamental para la salud de su mascota. Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen:
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Vómitos y diarrea: Estos son entre los efectos más comunes y pueden ocurrir como respuesta a la administración del medicamento. Si estos síntomas son leves, pueden no ser motivo de preocupación; sin embargo, si son persistentes o severos, se debe contactar al veterinario.
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Problemas neurológicos: Manifestaciones como temblores, falta de coordinación o incluso convulsiones han sido reportadas en perros que recibieron dosis excesivas o en aquellos que son más susceptibles a la toxicidad. En caso de observar estos síntomas, se debe buscar atención veterinaria de inmediato.
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Reacciones alérgicas: Algunos perros pueden experimentar reacciones alérgicas a la ivermectina, que pueden incluir hinchazón, picazón, o en casos severos, dificultad para respirar. Este tipo de reacción requiere atención médica urgente.
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Efectos sobre el sistema inmunológico: Aunque no es común, se han observado efectos adversos sobre el sistema inmune de algunos animales expuestos a la ivermectina, potencialmente disminuyendo su capacidad para resistir infecciones.
Es fundamental no ignorar estos efectos. Si ves alguno de estos síntomas tras administrar ivermectina, no dudes en consultar a un veterinario para evaluar la situación. La intervención rápida puede marcar la diferencia en la salud de tu mascota.
Conclusión

La ivermectina representa una herramienta valiosa en el arsenal de tratamientos veterinarios para nuestros perros, ofreciendo soluciones efectivas contra diversos parásitos internos y externos. Sin embargo, como hemos destacado a lo largo de este artículo, el uso de ivermectina debe ser manejado con cuidado y atención, siguiendo siempre las recomendaciones de un veterinario.
Hemos revisado la importancia de la dosis adecuada, las indicaciones para el uso y las precauciones necesarias. Asimismo, es crítico que los propietarios estén informados sobre los posibles efectos secundarios, ya que su conocimiento permitirá una respuesta rápida en caso de que se presenten complicaciones.
Al considerar la ivermectina para perros, siempre prioriza la salud de tu mascota realizando consultas con profesionales de la salud animal y nunca te saltes el protocolo de dosificación. A través de la práctica de un manejo responsable y cuidadoso del medicamento, se puede asegurar que nuestros fieles amigos permanezcan sanos y felices.

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